Reseña: Kannazuki no miko

Himeko Kusurugawa es una chica torpe y timida, que no puede hacer nada por sí sola y que siempre ha dependido de su mejor amiga Makoto.
Chikane Himemiya (Miya-sama) es la chica más popular todo el instituto, y es admirada por todos los estudiantes (tanto hombre como mujeres). Es buena en los deportes, en la música, literatura, en los estudios, es una excelente cocinera, y constantemente rechaza a millones de pretendientes que cada día se le declaran, incluso mujeres.

El primer encuentro visto de estas dos chicas resulta de (para variar) la torpeza de Himeko, cuando un día se resbala por la escaleras y es salvada por la señorita Himemiya; desde ese día Chikane siente una atracción hacía Himeko. Por otra parte (y no menos importante) Oogami Souma será el chico que cierre un triangulo amoroso con estas dos chicas. Él es el amigo de la infancia de Himeko, y siempre estuvo enamorado en secreto de ella.

El día de cumpleaños de Chikane y Himeko sucede una tragedia, los Orochis comienzan a despertar en este mundo, para cumplir con su mision: Destruir a las Sacerdotisas del Sol y la Luna, que al igual que ellos renacieron. Los orochis se reencarnan en personas que han tenido pasados oscuros o a quienes este mundo sólo les ha dado malos tratos. Entre ellos está Oogami-kun.

Oogami, con el sello maligno en su frente es ordenado matar a las Sacerdotisas, sin embargo, el no se dejará manipular tan fácilmente por el poder orochi, y luchará con todas sus fuerzas para derrotar a todos aquellos que quieran hacerle daño a Himeko.

Toda esta batalla culmina con un apasionado beso que le plasma Chikane en los labios inmóviles de Himeko. Mas tarde Oogami tras su victoria, promete con un gran grito que siempre protegerá a Himeko del poder Orochi.

Este es el apasionante comienzo de una historia llena de amor, tristeza y sangre.